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¿Por qué no soy tu cuerpo?

por Josué Salazar
A diferencia de la escritora cubana Zoé Valdez, mis mejores amigos no son homosexuales, mis hermanas tampoco lo son. Bueno, al menos eso parece, porque caras vemos... Quizás en la clandestinidad (iba a decir intimidad, pero eso es otra cosa) a mis amigos se les haga agua la canoa, se les voltee el calcetín o, por qué no, bateen por los dos lados. Y esto también va para mis hermanas. ¿Quién lo puede saber? A lo mejor ni siquiera se han dado cuenta del gusto (reprimido) que tienen hacia alguna persona del mismo sexo. ¡Pero cómo va a ser eso! ¡Es una cochinada! ¡Contra natura! ¡Dios nos perdone y proteja! Además, y si lo llegara a saber fulanita y zutanita, pa’ que te cuento. Caramba, mejor seguir así, “normalitos”, aunque a veces...

A veces me encuentro con personas que no tienen empacho en decir y vivir a su modo, si lo sabe Dios que lo sepa el mundo. Y viven felices, o al menos con esa alegría que ya quisieran muchas parejas heterosexuales. Celebro esta actitud. Creo que fue Michel Foucault quien sostenía que lo que incomoda a la sociedad no es que dos personas del mismo sexo tengan relaciones, sino lo imperdonable y perturbador es el modo de vida que llevan. Si será cierto. Ese es el miedo terrible a la homosexualidad, al mundo y vida gay, lésbico y demás “desviaciones”. Porque la gente supuestamente “normal” ve con ojos desorbitados que dos hombres o dos mujeres se paseen agarraditos de la mano, ya no digamos besándose en la vía pública. ¡Qué horror! “¡Degenerados!”, gritaría mi abuela.

“¿Por qué no soy yo tu cuerpo/sobre mi cuerpo desnudo/para abrazarme a mi tronco/y sentir, de ti, mi fuego/ascendiendo por mis muslos?”, versificó Elías Nandino. No, pos sí. Porque finalmente la vida es de quien la vive, ¿no? Groucho Marx escribió: “Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas”. ¡Sopas!

Pero a qué tanto cuento con esto. Tanto cuento en respuesta a tanto escándalo por la Ley de Sociedad de Convivencia para el Distrito Federal aprobada hace poco y puesta en marcha hace menos, y también porque ahora, en Veracruz, ciertos flamantes diputados del Congreso del Estado pretenden dizque enarbolar una causa y una lucha sin conocer siquiera el peso semántico, cultural, social y religioso que representa el movimiento gay. Estas posiciones políticas huelen más a oportunismo electorero que a defensa real de intereses ciudadanos, como suele ocurrir en muchas ocasiones. Porque si a esas nos vamos, cuántas leyes o iniciativas de reforma sumamente importantes están pendientes y hasta congeladas. Que nos contesten nuestros legisladores locales.

Pero bueno, ¿que qué pienso de la Ley de Sociedad de Convivencia? Sin ser simplista es tan sencillo el asunto –qué perogrullada, ¿verdad?-, porque se trata de un texto jurídico que reconoce el derecho de que cada quien viva con quien desee hacerlo y, sobre todo, que se reconozcan plenamente las responsabilidades y prerrogativas que las personas adquieren cuando toman tal decisión. ¿Hasta aquí ve usted algún problema? Supongo que no; el problema es cuando la sociedad piensa que la homosexualidad es... (aquí agregue el lector lo que guste).

Pero para qué hacernos penjamos si se tiene constancia y documentación de prácticas homosexuales desde los mismos albores de la humanidad, en todas las épocas y civilizaciones. Acaso no recuerdan que las antiguas sociedades griegas y romanas toleraban e incluso celebraban las relaciones de personas del mismo sexo, aunque ciertamente no fueron reconocidas socialmente, mucho menos jurídicamente. Acaso no recuerdan las bellas obras llamadas homoeróticas, como la Oda a mis amantes, de Paul Verlaine quien junto con Arthur Rimbaud escribió Soneto al ojo del culo, para no hablarles de tantas y tantas obras del mismo talle homoerótico.

¿Sabe usted lo que dijo Sabina Berman ante la presencia de los novios Antonio Medina y Jorge Cerpa cuando refrendaron con un beso su amor por primera vez en unión gracias a la Ley de Sociedad de Convivencia?: “Con un beso hoy se desplomaron 30 siglos de intolerancia”. Y aclaró que no sólo los homosexuales tiene derecho a utilizar esta Ley, sino también gente que por años han compartido un lugar juntos, como un sacristán y un cura (¿a poco?), dos amigos o dos octogenarios que entre sí se las arreglan para salir adelante. (Diario de Xalapa/17 de marzo/2007).

Groucho Marx dijo que “el matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución”, aunque la Ley de Sociedad de Convivencia no propiamente constituye el matrimonio gay. Pero en todo caso, como escribió Víctor Hugo, “el matrimonio, como los injertos, prende bien o prende mal”. Vaya, que el amor es un juego; el casamiento un negocio, pensaba Alberto Moravia.

Mi caro lector se preguntará si un servidor es gay, o al menos con esa tendencia... ¡glup! Cuento con una respuesta: si no me lo preguntan, lo sé; si me lo preguntan, no lo sé.

Publicado por Jorge Arturo Rodríguez en alcalorpolitico.com el 23 de Abril de 2007
Publicado sin fines de lucro o plagio intelectual

2 Response to "¿Por qué no soy tu cuerpo?"

  1. Anónimo Said,

    Hacer un comentario para aprobar o reprobar lo que ya está firmemente argumentado me es imposible. Exacto, 300 años de intolerancia han sido superados "con un beso", pero eso no es suficiente, ya que se debe cambiar la mentalidad y conseguir la aceptaón de esta realidad, no solo de un grupo de lectores del diario o de quienes tienen el alcance de los medios, sino de alrededor de 150 millones de mexicanos (tan solo en el territorio nacional), sumando a esta cantidad a todos los que tengan una mentalidad machista, imposible de cambiar, muy apegada a una idea (incluso una concepción religiosa) que siempre estará argumentando hasta con lo imposible en contra de estos "nuevos tiempos" y todo lo que traen consigo: la clonación (con la idea del hombre-Dios), las relaciones homosexuales, las nuevas Guerras Santas, la globalización y la destrucción de quien no es "económicamente competente".
    Este tipo de temas se ha venido debatiendo desde finales de los años 80's, inicianose los movimientos ideológicos en algunos bares; hoy por hoy, se ha demostrado que los focos de reunión homosexuales son mítines donde se plantean las necesidades de este sector de la población que día a día crece y, para la poblaciónf aciqueña esto es preocupante.

    Atte. Baloo.
    FUNDACIONFACICOUV.BLOGSPOT.COM

     

  2. Benigno Said,

    Lo escrito es algo muy interesante, lamentablemente debemos recordar los múltiples tabús que existen sobre este tema,la sociedad debe madurar al respecto, pero aun nos hace falta mucha comprensión al respecto. Muchas felicidades por lo escrito

     

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