La Opinión de los Moneros

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Los moneros, con su perspectiva crítica -que ya desearian muchos periodistas- le dedicaron sus trabajos al hecho que conmocionó al pais.

Nuestra Señora de la FACICO

Por Josué Randú 18 de octubre de 2007

Gloriosa aparición mariana en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación dejó atonitos a propios y extraños.

Grito de Dolor

Por Josué Randú 20 de septiembre de 2008

Mucho se ha hablado de las explosiones en Morelia. Lo ocurrido el 15 de septiembre de este año se convirtio en la noticia del año y en el suceso ha pasmado a los mexicanos. ¿Qué nos esta pasando como nación?

Crónica de un asalto

por Josué Salazar
El siguiente texto fue publicado por tHe oNe en su blog What the hell happend!? Mucha atención los que viven en la zona del Estatuto Juridico.

Para ser las once de la noche del miércoles el Estatuto Jurídico está muy calmado. No hay gente fuera de sus casas disfrutando la brisita nocturna, después de el día que el sol estuvo acosando con su agobiante calor todo. La típica parejita no anda donde se supone debe de estar. El de la tienda de abarrotes de al lado de la farmacia termina de cerrar; ando distraído una serie de recuerdos me inundan la mente, entre ellos el siguiente trabajo para el blog, bajé la guardia.

EL ARTE DE LA GUERRA

Una de las infalibles tácticas del arte de la guerra es la sorpresa y desconcertar a tu enemigo, por que entonces tienes dos cosas a tu favor, no piensa bien y no se lo esperaba. Debí verlo, intuirlo, pero no lo hice. Cuando lo vi estaba frente a mi. Atravesó la calle de tres pasos, yo andaba del lado de la pared, llegó de frente y se cerró a la pared. Cuando reaccioné estaba adelante de mi; seguía la calma aparente en Veracruz...

EL CAMINO FÁCIL

El cuchillo tiene la hoja larga y es sumamente delgado, lo vinculo a cortes de carne muy finos, de momento me quedo frío, lo he visto antes, es el que los carniceros usan para hacer los cortes de bisteces finos. El metal resplandece con las luces de las lámparas, me cierra el paso aprovechando la pared y topándome de frente, amagándome con el cuchillo.

Las palabras que salen de la boca de aquel sujeto me hacen aterrizar:

-El dinero y el celular rápido sino quieres que te apuñale.

Lo miro, lo primero que capta mi atención, las enormes pupilas dilatadas, está drogado pensé. De ahí es el extraño casco de obrero color naranja chillón, mis ojos se clavan en el rostro del ladrón y empiezan a ver su fisionomía: ojos grandes intuyo que cafés oscuros, por que no le veo la pupila, nariz ancha, cabello oscuro con canas, color de piel moreno oscuro, estatura 1,80 mts., edad media entre los 38 y no más allá de los 50, complexión media, pero con una gran panza chelera. Camisa azul oscura, short y sandalias. Intuyo que no es de por la zona tengo algo de tiempo de vivir ahí y conozco a la mayoría de la gente de vista. Es diestro, el grande y fino cuchillo está sostenido por la mano derecha.
Me llaman la atención los ojos extraviados, perdidos y hallo algo de fastidio de la realidad o un exceso de droga.

-¡El dinero y el celular cabrón o te apuñalo!, ¿quieres que te pique?
-No gracias, coopero, no me gustan los puñales y menos los piquetes- reflejo inconsciente, me pasa por la cabeza "ya la cagué", el tipo se queda fijo con el cuchillo mirando frente a mi persona, se ve molesto, pero no hay reacción aparente... instantes después suelta una especie de risa muy corta y me recalca.
- ¡Muévete entonces! - Baja el chuchillo y lo mantiene atrás, para ese momento me encuentro escarbando en la bolsa de las monedas del pantalón, traigo todo lo de mi semana, para comer y transportarme, unos $80 pesos, me despido de los $30 pesos que Bruno me dio en morralla, aunque sea me hubiera dado un billete de a veinte. Saco todo el varo, pero desesperado me dice - ¡Muévete! - no estoy asustado, no tengo tiempo de asustarme, tal vez unos días atrás pero no esta semana.

- ¿Un mal día? - le pregunto viéndolo a los ojos y él espeta
- No tienes idea cabrón - le entrego la morralla, veo que empieza a no creerse que no tengo mas efectivo, antes de que me diga algo le brinco.
- Soy estudiante, no traigo billetes, ¡mira! - abro la mochila y le enseño unas libretas - mentira traigo una cartera con $300 pesos para la siguiente semana, no quiero que se los lleve, ante el nerviosismo fingido por el fierro trato de mantenerme lo más convincente posible y le trato de que se oiga real.
- Saca ¡el celular entonces! - la mano derecha q oculta el cuchillo se inclina ligeramente hacia adelante.

OPCIONES

Pienso rápidamente... tengo un individuo drogado con cuchillo en mano, exigiendo mi efectivo y pertenencias personales, aun lado la pared. No es conveniente tirarle golpes, porque no va a sentir los madrazos. Si corro tendré que averiguar dos cosas: la primera si él puede alcanzarme a tirar el navajazo antes que inicie la carrera y dos, sí puedo ser más rápido que él para correr la distancia de 350 mts, que es donde se encuentra el puesto de tacos y hay gente, esto con intención de que al ver la gente se abra.

Descarto estas opciones y tomo la de emergencia. Saco el cel, extiendo el brazo y justo cuando lo va a tomar lo retraigo por inercia, abro y le retiro la batería.
- ¿¡Qué haces!?
- Le quito el chip, a ti no te sirve - increíblemente esto lo aleja todavía más de preguntar por la cartera .
- Rápido chamaco - el resplandeciente metal vuelve a aparecer frente a mis ojos y la luz de las lamparas sobre el mismo me presiona... trato de hacerle creer que me tiene vuelto un manojo de nervios - estoy nervioso y tiemblo, está muy duro el chip, sácalo tu por fas - para mi asombre guarda el cuchillo, con la mano izquierda toma la batería y con la del cuchillo sostiene mi cel.

Pienso instintivamente en empujarlo y tomar el cuchillo, ya no puedo seguir haciendo más tiempo; ahí van mis números (el chip guarda muy pocos números, la mayoría están dentro del celular), van mis fotos. Recapacito, mi familia, no tengo IMSS o seguro de vida, no hago nada, me frena el impulso de abalanzarme un aroma de unas flores de la casa cercana y me relajo. Me entrega el chip y le vuelvo a repetir
- ¿Tan mal estuvo el día?
-Tengo que mantener a mi familia y ahora a la verga - lo veo alejarse, meterse entre los condominios, hasta que el casco naranja se sale de mi vista y se adentra entre las sombras.

Unos instantes me quedó absorto en mi laguna de pensamientos en el mismo lugar, dónde durante casi ocho minutos me amenazaron con cuchillo en mano. No tiemblo, ni estoy asustado... me salta la duda de sí lo maneje lo mejor que pude, siento que amortigüe lo mejor que pude la situación portándome lo más accesible y calmado que el ladrón se hubiera podido imaginar. Me remuerde el sentimiento de impotencia y las ganas de haber podido hacerlo mejor, trato de sacarme eso de la cabeza. De ahí salta la última frase de mi asaltante "tengo que mantener a mi familia", a la familia o a sus vicios me preguntaba.

Sólo, absorto regreso a la realidad ni un alma pasando, nadie, y si hubiera pasado alguna persona sería mucho pedir ayuda y estaba tan cerca de él... quien sabe como hubiera reaccionado. La calma sigue en el Estatuto, la tranquilidad aparente que se remarca en las sombras de este puerto de Veracruz.

Después me llegó la ayuda tardía, pero eso lo pongo en otra ocasión...

Publicado por
tHe oNe en What the hell happend!? el 23 de Noviembre de 2007

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